He Jiankui, profesor asociado de la Universidad Científica y Tecnológica de Shenzhen (China), asombró e indignó al mundo al anunciar, el pasado 26 de noviembre, que había logrado el nacimiento de dos niñas manipuladas genéticamente. Según el sentir general, ha traspasado una línea roja. Pero antes que él se cruzaron más límites éticos. He Jiankui no ha hecho una comunicación formal de su trabajo a la comunidad científica mediante el artículo de rigor. Más bien se ha dirigido a la
Suscripción
Contenido Oculto
Suscríbete a Aceprensa o inicia sesión para continuar leyendo el artículo.
AccederSuscripción