El ímpetu reformador de Emmanuel Macron, que llegó al poder dispuesto a cambiar Francia, ha tropezado ya con enconadas resistencias, desde las protestas de los “chalecos amarillos” a la oposición a la reforma de las pensiones. Quizá porque otras reformas han encallado o van a cámara lenta, la promesa de abrir la procreación médicamente asistida (PMA) a las parejas de lesbianas y a las mujeres solas se ha convertido en una “medida emblemática” de la modernidad presidencial.
Esta apertura de la PMA, hasta ahora reservada a las parejas de hombre y mujer, forma parte de la revisión de las leyes de bioética, qu ...
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