Haber nacido sin padre, bien porque este haya abandonado tempranamente a la madre, bien por la ocurrencia de un accidente o por otras circunstancias dolorosas y no deseadas, es la realidad de muchas personas en el mundo. Cuestión muy diferente es que un hijo sea privado del padre a conciencia, con anuencia del Estado, desde antes del minuto uno. Y es lo que el pasado 27 de septiembre aprobó en primera lectura la Asamblea Nacional francesa. Hasta ahora, Francia reserva
Suscripción
Contenido Oculto
Suscríbete a Aceprensa o inicia sesión para continuar leyendo el artículo.
AccederSuscripción