Nueva Zelanda concede permisos remunerados por aborto espontáneo

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El Parlamento de Nueva Zelanda aprobó el 24 de marzo una ley pionera en el campo de la maternidad: las mujeres que sufran un aborto espontáneo tendrán derecho a tres días de permiso laboral remunerado.

La medida, que ha contado con el voto afirmativo de los diputados de todas las fuerzas políticas, favorecerá no solo a las madres en esa situación, sino a sus parejas. Matiz añadido es que, además de los padres biológicos, también los progenitores por subrogación y los adoptivos podrán acogerse a este beneficio.

Por otra parte, si hasta el momento se pedía a los empleadores que concedieran el permiso remunerado en caso de que la madre sufriera un aborto espontáneo después de las 20 semanas, la nueva ley extiende esa posibilidad a cualquier momento de la gestación.

En Nueva Zelanda, entre el 10% y el 20% de los embarazos termina en aborto espontáneo

La medida da respuesta a una situación que muchas veces pasa inadvertida, pero que puede ser más común de lo que se piensa. La organización benéfica Sands New Zealand, citada por un diario local, calcula que cada año ocurren entre 5.900 y 11.800 de estos abortos, lo que representaría entre el 10% y el 20% de los embarazos.

La nueva norma será, en tal sentido, un modo de ayudar a muchas mujeres a atenuar la angustia resultante de un episodio de este tipo. La diputada laborista Ginny Andersen, impulsora de la ley, afirma que esta les dará la suficiente confianza para solicitar ese permiso si es necesario, en vez de mantenerse “estoicas, lidiando con la vida, cuando saben que, física y psicológicamente, necesitan tiempo para superar el duelo”.

Supone además un salto de calidad respecto a una práctica en vigor en algunos países: la de otorgar como “baja médica” esos días. Andersen le hace una objeción a esto: “La angustia que viene con el aborto espontáneo no es una enfermedad: es una pérdida. Y esa pérdida lleva tiempo”. Un tiempo, añade, para recuperarse con la pareja, pues a menudo no es solo la mujer la que sufre tal desgarro.

Si no lo cuenta Beyoncé…

La diputada neozelandesa ha hecho, además, un llamado a otros países para que adopten este enfoque y legislen a favor de las mujeres –y parejas– que atraviesan esta situación. Porque parece de sentido común, pero en muchos sitios no lo es.

Al comentar la noticia anterior, el New York Times recuerda que en Estados Unidos, por ejemplo, no hay ningún requerimiento legal por el que las empresas deban ofrecer unos días de permiso a quien ha sufrido un aborto espontáneo.

Desde Miami, Marilyn cuenta a Aceprensa su experiencia mientras esperaba su segundo hijo. Le sucedió una mañana a finales de junio de 2011: “Empecé a abortar mientras estaba en el trabajo. Por suerte el hospital me quedaba al otro lado de la calle. Expulsé todos los restos después del mediodía y, a la mañana siguiente, ya estaba de regreso en mi puesto nuevamente. Imagino que debía verme mal, porque varias personas me preguntaron qué me pasaba, pues tuve unas hemorragias horribles, y los dolores fueron como los de un parto”.

“Aquí deberían hacer algo –agrega–, porque las embarazadas no tienen beneficios. Algunas empresas te pueden dar de uno a tres meses de baja, pero solo te guardan el puesto de trabajo, porque de remuneración, nada”.

Que es un problema sensible, a la vez que tristemente olvidado, lo revelan los datos acopiados por los CDC, que señalan que uno de cada diez embarazos en ese país se frustra a partir de las 20 semanas. Unos 24.000 bebés nacen ya fallecidos y dejan una carga de dolor que miles de parejas sufren en silencio y, como se ve, sin mayor consideración por parte de los empleadores. El tema sale a la luz casi únicamente cuando personalidades conocidas –Beyoncé, Michelle Obama, Meghan Markle, entre otras– narran sus propias experiencias en este sentido.

En otros países anglófonos la situación es algo mejor en cuanto a permisos, pero se queda por debajo de lo aprobado por los neozelandeses. Así, en el Reino Unido está legislada la concesión de unos días remunerados, pero solo si el aborto espontáneo ha ocurrido después de las 24 semanas. Australia rebaja el límite a las 12 semanas, pero no contempla pago alguno.

Un caso de interés es la India, donde el permiso remunerado tras una pérdida así es ley hace 60 años. La realidad, sin embargo, es que en ocasiones todo queda en la letra, y en un artículo sobre el tema, la periodista M. Saraswathy cita los casos de varias mujeres que no han podido ejercer su derecho a ese tiempo de restablecimiento. Pierden ellas… y pierden todos. “El trauma emocional –dice Saraswathy – es frecuentemente ignorado, [pero] el hecho de que no se les permita disfrutar de permisos por aborto espontáneo podría ser perjudicial para la productividad laboral”.

 

No llueve a gusto de todos

La nueva ley neozelandesa ha dado el pie a algunos para pedir otros horizontes. Vicki Culling, una educadora local que apoya los padres que han perdido un bebé, dice al New York Times que habría que poner el hombro más allá de los tres días legislados: “Tienes tres días de permiso remunerado; quizás entierras a tu bebé, tienes un funeral, vuelves al trabajo, y sigues… ¿Y luego qué? Esa es mi preocupación. Celebro [la ley], pero queremos que se mantenga esta compasión y que sigamos interesándonos por las necesidades de los padres”.

Por su parte, Marina Young, portavoz de la organización provida Family First NZ, quiere que ese permiso se extienda también a las mujeres que abortan a voluntad, algo que no contempla la ley. Según Young, eso les daría también a ellas “la oportunidad de buscar el apoyo y el consejo que necesitan en ese momento”.

 

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