Paul Kasey

El octavo episodio de la saga lleva el aliento de la trilogía original, con una certera realización y unas interpretaciones que destacan la hondura de los personajes.
Con más de lo mismo, pero muy bien contado y visualmente espectacular, ha resultado una vibrante película de aventuras.
Fiel adaptación de la novela de la alemana Cornelia Funke en una coproducción para todos los públicos que es más correcta que brillante.
Londres es un cementerio. Las calles están ahora desiertas. Reina un silencio total. Tras la propagación de un virus que acabó con la mayor parte de la población, tuvo lugar la invasión de unos seres terroríficos. El virus se difundió, tras la incursión en un laboratorio, de un grupo de defensores de los derechos de los animales. Transmitido por la sangre, el virus produce efectos devastadores. En 28 días la epidemia se extiende por todo el país y sólo queda un puñado de supervivientes...

Contenido exclusivo para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.