Guatemala: Nuevas elecciones para más de lo mismo

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Elecciones Guatemala
Congreso de Guatemala (CC Red Ciudadana)

Congreso de Guatemala (CC Red Ciudadana)

Ciudad de Guatemala.— A casi un mes de que se celebren los comicios presidenciales en Guatemala, el ambiente electoral ofrece pocas perspectivas de se pueda celebrar una verdadera fiesta cívica. Y es que los candidatos han convertido los mítines en tiktoks y la campaña en contaminación.

En los binomios presidenciales hay ex funcionarios, diputados, autoridades religiosas, empresarios e incluso algún payaso (no es broma). Las encuestas han cambiado desde que empezó la campaña: algunos han perdido popularidad y otros, como el empresario Carlos Pineda, la han ganado. Algunos han llegado hasta aquí sin sustos, pero muchos otros han salido de la contienda por orden del Tribunal Supremo Electoral. A día de hoy, los guatemaltecos todavía no tienen claro quiénes van a participar y ni por quién van a votar.

Muchos de los actuales candidatos a los distintos cargos públicos que se elegirán el 25 de junio –presidente, diputados y alcaldes– tienen pendientes amparos o acciones legales en su contra, cuestiones que las Cortes deberán resolver antes de las elecciones. Entre los señalados se encuentran los principales aspirantes, aquellos que lideran las encuestas: Carlos Pineda, Edmond Mulet, Zury Ríos.

Algunos otros han ido resolviendo sus situaciones: la Corte de Constitucionalidad (CC) confirmó hace poco la participación de Sandra Torres, de sobra conocida para los guatemaltecos por ser ex esposa del expresidente Álvaro Colom. Se acusaba a su compañero de fórmula Romeo Guerra de ejercer como ministro de culto hasta noviembre de 2022, por lo que supuestamente tendría un impedimento legal para optar a la candidatura vicepresidencial.

Pero a pesar de que algunos obstáculos se resuelven, las voces de los ciudadanos se hacen escuchar: no quieren más de lo mismo.

Carlos Pineda, el elemento de incertidumbre

Desde hace algún tiempo, cada cuatro  años los guatemaltecos recibimos la noticia de que un nuevo no-político es candidato. Hace unos años fue Jimmy Morales (no era político, era payaso, al igual que su hermano Samy, ahora candidato a la presidencia), y esta vez la sorpresa ha sido el empresario Carlos Pineda, candidato por el partido Prosperidad Ciudadana (PC) y mejor conocido por sus tiktoks que por sus empresas.

La decisión de Pineda de llamar al voto nulo deja a sus simpatizantes en la incertidumbre

Pineda ha ido ganando campo en las encuestas de intención de voto y lideraba hasta ahora algunas de ellas. Pese a su popularidad, su candidatura fue suspendida recientemente de modo temporal, a menos de un mes de las elecciones. Tiene, además de un amparo pendiente de resolver, una multa de 75.000 dólares por no entregar los documentos del informe de las finanzas de su partido. Además, hace unos días interrumpió una reunión de fiscales, por lo que ahora enfrenta una posible sanción del Tribunal Supremo Electoral.

Pero Pineda se aferra a su candidatura: asegura en sus tiktoks que los fiscales y los tribunales son corruptos y están vendidos a otros candidatos.  Sus declaraciones son tan criticadas como alabadas y, después del balde de agua fría que ha sido su suspensión, ha decidido llamar al voto nulo. Esto deja a muchos simpatizantes sin candidato y abre las puertas para que otros aspirantes, quizás menos conocidos, ganen terreno. Además, coloca a los votantes en una situación complicada pues, acostumbrados a guiarse por las encuestas, este cambio ha alterado el panorama y les impide tomar una decisión basada en la intención de voto.

@cpineda_72 Pineda rechaza los datos oficiales de desnutrición crónica

Pineda rechaza los datos oficiales de desnutrición crónica

Las otras opciones

A diferencia de Pineda, los otros candidatos que luchan por el poder presidencial son ya viejos conocidos para los guatemaltecos. Sandra Torres, exesposa del expresidente Colom, fue primera dama y poco después se divorció para poder ser candidata a la presidencia. Aseguró que se “divorciaba para casarse con Guatemala”. Su partido, la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), se declara de centro-derecha.

En la candidatura de Torres, excónyuge del expresidente Colom, concurren varios políticos con un historial cuestionable

En estas últimas elecciones (las cuartas en las que participa como candidata), ha decidido aliarse con un expastor como su candidato a la vicepresidencia, en un intento por darle un giro conservador a su cartel. Además, intenta revivir a su partido rodeándose de antiguos rivales de fuerzas opositoras y de operadores políticos investigados por su cercanía al crimen organizado.

Así lo asegura el medio de investigación No Ficción: “El círculo más cercano de Torres para estos comicios incluye al menos a siete colaboradores investigados en procesos dirigidos por la cancelada Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG); un congresista sancionado bajo la Ley Magnitsky del gobierno de Estados Unidos; un candidato a diputado con un proceso judicial abierto por lavado de dinero; un congresista que busca la reelección con una denuncia por homicidio activa, y hasta el antiguo dirigente de una institución cerrada por el expresidente Otto Pérez Molina, por señalamientos de “corrupción enraizada.”

@sandratorresgua La bolsa solidaria apoyará a todas las familias guatemaltecas. Juntos llevaremos alimentos a cada uno de ustedes. #sandrapresidenta ♬ original sound – Sandra Torres

Sandra Torres ofrece una bolsa de alimentos mensual

 

Por su parte, Zury Ríos, candidata del partido Valor-Unionista, es conocida por ser hija del general Efraín Ríos Mont, político y militar controversial por su participación en matanzas durante la guerra civil.

Ríos se presenta como una candidata de derecha conservadora, aunque es criticada principalmente por sus numerosos matrimonios (actualmente está en su quinto intento). En esta ocasión se alía con el Partido Unionista (del difunto Álvaro Arzú Irigoyen) y se rodea de antiguos funcionarios de anteriores gobiernos, además de otros políticos de su confianza, muchos de ellos señalados por su participación en diferentes casos de corrupción. Como asegura No Ficción, “los círculos de poder que rodean a la candidata Zury Ríos son una muestra de una candidatura que recicla a viejas caras de la política nacional, muchos de ellos, como ha quedado expuesto anteriormente, involucrados en casos de corrupción por la CICIG y el Ministerio Público”.

Finalmente está el candidato del partido Cabal, Edmond Mulet, quien participó en las elecciones pasadas con el Partido Humanista y se presentaba como la opción “antisistema”, con un equipo nuevo y diferente. En esta ocasión, sin embargo, ha optado por incluir a algunos viejos políticos, con la intención de ganar terreno y votos.

Mulet es criticado principalmente por un reportaje que se publicó en Plaza Pública, el cual aseguraba que el candidato, durante sus años de abogado y con la anterior ley de adopciones, conseguía niños para darlos en adopción en el extranjero. El caso fue sobreseído y él asegura que siempre actuó bajo la ley.

Además de estos candidatos que lideran las encuestas, muchos ven en los nuevos aspirantes una fuente de esperanza: Bernardo Arévalo, del partido Semilla, o Giovanni Reyes, del partido Bien, presentan currículos impresionantes y récords intachables, pero su posición en las encuestas de intención de voto era poco prometedora hasta ahora.

La reciente suspensión de Pineda genera nuevas posibilidades para estos candidatos. Arévalo además se ha ganado el aprecio de los simpatizantes de Pineda al criticar la decisión de la CC de suspender el partido Prosperidad Ciudadana. En cuanto a sus ideas políticas, el político, hijo del expresidente Juan José Arévalo, se define como socialdemócrata.

Por su parte, Giovanni Reyes es doctor en Economía para el Desarrollo y Relaciones Internacionales por la Universidad de Pittsburgh, y su recorrido académico y en organizaciones internacionales lo acreditan como un candidato preparado.

En las próximas semanas veremos si ambos son capaces de aprovechar el vacío que ha abierto la suspensión de Pineda.

Un padrón que no cumplió

El Tribunal Supremo Electoral, por su parte, no ha podido cumplir sus metas de empadronamiento para estas elecciones, a pesar de que las redujo en alguna ocasión. Entre los jóvenes de 18 a 30 años se percibe un mayor desinterés por la participación cívica, y según la Asociación Diálogos, de los 4,5 millones de ciudadanos comprendidos entre estas edades y que fueron censados, solo 2,6 millones están empadronados y habilitados para votar.

Lo anterior demuestra el hartazgo y la desconfianza que tienen los guatemaltecos en el sistema electoral y político. La gran mayoría de candidatos no parecen idóneos, y el antivoto cobra fuerza nuevamente ante la cita electoral. Sandra Torres, Zury Ríos y Samy Morales lo acaparan en esta ocasión.

Según cifras de la empresa ProDatos, el 34% de los encuestados aseguró que nunca votaría por Torres y el 12,9% dijo que nunca lo haría por Ríos. Finalmente, el 16,2% afirma que jamás entregaría su voto a Morales (a pesar de su eslogan “Dos mujeres, un camino”, que hacía alusión a los dos candidatos mencionados y a cómo él era la mejor opción de las tres).

Con estos elementos, y a pesar de lo que digan las encuestas de intención de voto, el panorama general todavía depende en gran medida de las Cortes.  Los ciudadanos se reconocen cada vez más desconfiados. Muchos de ellos aseguran incluso no estar interesados en el resultado de los comicios, lo que demuestra que los guatemaltecos perciben la política como algo irrelevante. Lo único que parece claro en estas elecciones es que la incertidumbre gobierna en Guatemala.

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