Tolerancia

The New York Times
La discriminación contra los docentes universitarios estadounidenses que no se pliegan a la corriente política dominante reproduce otros esquemas de exclusión, dice Arthur Brooks.
El nuevo comercial de la compañía cervecera propone que personas con distintos puntos de vista políticos y sociales conversen más. El revuelo que ha causado, en unos y otros, indica que está tocando un punto sensible.
Dos carismáticos profesores con ideas opuestas abogan por reconciliar la verdad y la tolerancia, un tema clave para entender el auge de la censura políticamente correcta en las universidades.
Es más fácil reducir a alguien a una etiqueta que tomarse la molestia de escuchar sus argumentos.
Identificarse con un partido o una ideología que ha tomado la diversidad como bandera no vacuna contra la intolerancia hacia el diferente.
Para ofender a los cristianos tienes que hacer mucho más que para ofender a los musulmanes.
Quienes niegan la posibilidad de alcanzar verdades objetivas no tienen por qué ser más tolerantes que el resto: también ellos pueden aferrarse con terquedad a sus opiniones.
Los laboristas australianos impiden un referéndum sobre el matrimonio homosexual alegando que la campaña provocaría una oleada de “homofobia”.
Acusadas de no hacer suficiente, las redes sociales promueven contactos con público y autoridades en busca de medios más eficaces para frenar a los troles.
En una sociedad que aspira de verdad a ser tolerante, los ciudadanos tendrían que preguntarse por las consecuencias de sus expresiones.
Tal como se observa en el caso de Rita Maestre, en la nueva izquierda española abunda una mentalidad ciega a las transgresiones contra la libertad religiosa.
La exposición sacrílega realizada en Pamplona sobrepasa el ámbito protegido por la libertad de expresión.
Hay algunos escritores para quienes nada que suene a católico puede ser positivo.
El “Tratado sobre la tolerancia”, de Voltaire, se ha convertido en un “best-seller” en Francia, como reacción al atentado contra “Charlie Hebdo” y un supermercado judío.
La desconfianza hacia la democracia y el Estado de derecho ha llevado al progresismo intolerante a tomarse la justicia por su mano, explica Kim R. Holmes.
El hecho de que Cameron se declare orgulloso de pertenecer a un “país cristiano” ha irritado a los ateos, no a los creyentes de otras religiones.
En California no hay igualdad de derechos para los que piensan que el matrimonio es solo entre hombre y mujer.
Time, New Statesman
Cuando las opiniones liberales se convierten en la nueva ortodoxia, dejan de buscar el debate y asumen actitudes intolerantes.
El movimiento gay tendrá un protagonismo destacado en la ceremonia inaugural del segundo mandato de Obama.

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