Cuando todo está perdido

TÍTULO ORIGINAL All Is Lost

PRODUCCIÓN Estados Unidos - 2014

DURACIÓN 106 min.

DIRECCIÓN

INTÉRPRETES

GÉNEROS, ,

PÚBLICOJóvenes

ESTRENO14/02/2014


Una versión de esta reseña se publicó en el servicio impreso 16/14

Tras una dilatada carrera como realizador publicitario y de documentales, en 2011 el estadounidense J.C. Chandor debutó brillantemente como director de ficción con Margin Call, un intenso thriller financiero, con amplio reparto de lujo y abundantes diálogos. Ahora cambia radicalmente de registro en Cuando todo está perdido, minimalista drama marítimo al estilo de El viejo y el mar, de Ernest Hemingway, casi sin diálogos y con un único personaje, interpretado por Robert Redford. Por su meritorio trabajo, el veterano actor y director ha obtenido varios premios y nominaciones de la crítica, incluida una candidatura al Globo de Oro al mejor actor dramático. Después de ganar el Globo de Oro a la mejor música original (Alex Ebert), la película opta al Oscar a los mejores efectos sonoros.

El innominado protagonista, ya septuagenario, viaja en solitario por el Océano Índico en un velero de once metros de eslora. Un día, se despierta bruscamente, y descubre que su barco ha chocado contra un contenedor abandonado en alta mar. Como consecuencia del incidente, se ha abierto en el casco una vía de agua y se han estropeado la radio y el equipo de navegación. A la deriva, rodeado de tiburones y casi sin víveres, con la única ayuda de un sextante y unas cartas náuticas, el hombre intentará dirigir su embarcación hacia el pasillo marítimo de los grandes cargueros. Pero justo desde esa dirección se aproxima una terrible tormenta.

Esta tremenda historia de supervivencia se sostiene gracias al derroche físico e interpretativo de Robert Redford, y a la sólida puesta en escena de Chandor, que aprovecha narrativamente hasta el último rincón del velero, sale más que airoso de la compleja secuencia de la tormenta y exprime dramáticamente la banda sonora de Alex Ebert, también minimalista pero variada. En este sentido, Cuando todo está perdido es un notable ejercicio de estilo. Pero, como película, resulta demasiado dilatada y ardua de seguir, pues, a diferencia de otras similares –Náufrago, Última llamada, 127 horas, Buried (Enterrado), La vida de Pi, Gravity, En solitario…– no desvela absolutamente nada del protagonista: ni de dónde viene, ni adónde va, ni por qué está solo en medio del océano. Es cierto que la película podría interpretarse generosamente como una fábula moral sobre el individualismo y la soledad de tanta gente pero, desde luego, no creo que pase a la historia del género de aventuras, ni que rompa taquillas.

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