Hay películas que son mucho más interesantes antes de llegar a la pantalla. Pequeños detalles es una de ellas. El guion fue escrito por John Lee Hancock a principios de los 90, poco después de destacar por el libreto de Un mundo perfecto (1993), una de las obras maestras de Clint Eastwood. Era una historia muy negra sobre la investigación de dos policías antagónicos de un asesino en serie de adolescentes.
Hancock se casó, tuvo hijos y decidió que no era momento de sumergirse en una historia tan turbia. Lo mismo le sucedió a Steven Spielberg o a Clint Eastwood, que desecharon dirigirla. Casi treinta años después, la película llega a las salas, con meses de retraso por la pandemia, a la vez que se estrena en Estados Unidos en la plataforma HBO Max.
Solo por el reparto ya merece la pena destacar la película. Entre los tres (Denzel Washington, Rami Malek y Jared Leto) suman diez nominaciones a los Oscar y cuatro estatuillas. La escena que protagonizan los tres en un interrogatorio es todo un duelo de talentos en el que sale victorioso Jared Leto, nominado al mejor actor secundario en los Globos de Oro y el Sindicato de Actores por su enigmático personaje. Aun así, la película no es Seven o El silencio de los corderos. El guion y la dirección de Hancock se pierde en una historia confusa con exceso de metraje y carencias considerables en el último tramo de película. La ventaja es que no se asfixia al espectador con escenas truculentas y se intenta priorizar la psicología de los personajes sobre los brutales asesinatos.
La música del excepcional compositor Thomas Newman no puede evitar cierta carencia de atmósfera, un pilar fundamental en el cine negro de todos los tiempos. Pequeños detalles no pasará a la historia del cine, pero sí es un buen revulsivo para volver a soñar con salas de cine con público, iluminadas por astros de Hollywood capaces de brillar en cada rincón del planeta.
