A Reporters Life

Walter Cronkite. Memorias de un reportero

TÍTULO ORIGINALA Reporters Life

GÉNERO

A Reporter’s LifeEl País-Aguilar. Madrid (1997). 494 págs. 3.500 ptas. Edición original: Knopf. Nueva York (1996).

Walter Cronkite es el periodista que inventó la frase «Así sucedió, así se lo hemos contado» para cerrar el telediario nocturno de la CBS, que presentó durante más de veinte años y que fue el más importante de los Estados Unidos. Nacido en 1916, Cronkite ha tenido tiempo para ejercer el periodismo de agencia en la UP de la época dorada, y para ser corresponsal de guerra en los desembarcos del norte de África y Normandía. Acabado el conflicto, cubrió el juicio de Nuremberg y fue destinado como corresponsal a Moscú en los últimos años de Stalin, uno de los peores encargos que ha podido sufrir un corresponsal.

El salto a la televisión lo dio por culpa de otra guerra, la de Corea. Cronkite fichó por la CBS para ir de enviado especial, pero se convirtió en presentador del telediario de una pequeña emisora de TV de Washington, propiedad de la cadena. Con el desarrollo del periodismo televisivo, llegó a presentar el telediario de mayor audiencia de Estados Unidos (22 millones de espectadores) durante la década de los sesenta y los setenta. Para Cronkite se inventó el término de anchorman (el hombre ancla, traducido literalmente), presentador o gancho en el lenguaje televisivo.

Cronkite llevó a Eisenhower a las playas de Normandía en el XX aniversario del desembarco; transmitió la elección y el asesinato de Kennedy; hizo un informativo sobre la guerra de Vietnam tan crítico, que Johnson comentó: «Si he perdido a Cronkite, he perdido al estadounidense medio»; cubrió la carrera espacial y el fin del apartheid en el Sur. Era amigo del presidente egipcio Sadat, y en 1977 viajó en su avión en la histórica visita a Israel de la que salió el plan de paz de Camp David. En 1981, al cumplir 65 años, cedió el puesto a Dan Rather.

Anecdotario y periodismo vivido aparte, lo mejor del libro son los últimos capítulos, cuando describe el desmantelamiento de la CBS al caer en manos de un empresario hotelero, Larry Tisch, sin ninguna experiencia en el mundo de la información. A Cronkite no le gustan los telediarios actuales, en los que «la hipercompresión de los hechos, los argumentos distorsionados, la eliminación de toda explicación minuciosa… deforma en alguna medida las noticias emitidas». Es lo que se llama el periodismo de «impacto sonoro», que para Cronkite no sirve al público y es especialmente dañino para el proceso político americano. En las elecciones de 1992, el bloque medio transmitido por los telediarios del discurso de un candidato a la presidencia duraba 8,2 segundos. Naturalmente, dice Walter Cronkite, nadie puede decir nada significativo en ocho segundos, «pero esto parece favorecer a muchos políticos».

Miguel Castellví

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