Despojos

Despojos

TÍTULO ORIGINALAftermath: On Marriage and Separation

CIUDAD Y AÑO DE EDICIÓNBarcelona (2020)

Nº PÁGINAS176 págs.

PRECIO PAPEL17,95 €

PRECIO DIGITAL8,99 €

GÉNERO

Después de varias novelas y dos libros sobre su vida personal –uno de viajes y el segundo sobre su maternidad–, la autora publicó este otro sobre la traumática ruptura de su matrimonio. Fue recibido con grandes elogios por algunos, pues la prosa de Cusk es elegante y siempre hace observaciones de interés, y con duras críticas por otros, pues no da detalles que ayudarían a entenderla —por ejemplo, nunca explica por qué rompió con su marido—, y porque su tono muy quejoso contra el mundo acaba siendo patético e incluso cabría pensar que narcisista.

Los primeros siete capítulos están construidos cada uno a partir de algún suceso —relacionado con su marido, sus hijas, su familia, sus amigas…— y engarzado con reflexiones de distinta clase —la visión feminista de las cosas, su afición al mundo clásico, su educación en un colegio católico, la forma en que ahora se fija en las parejas que ve…—. El octavo cambia de foco y se centra en la chica que les ayudaba a su marido y a ella con sus hijas.

Así como en libros posteriores –también de autoficción–, la narradora se oculta bastante y deja que hablen otros casi todo el tiempo, en este –salvo en el octavo capítulo– habla continuamente de sí misma, de su confusión y de su dolor, y, naturalmente, todo acaba siendo confuso. Una de las críticas del libro, aun elogiando sus méritos, decía que, al leerlo, cabría pensar si “la característica definitoria del ‘principio feminista de la escritura autobiográfica’ podría ser la falta de claridad”.

En uno de sus comentarios a los mitos griegos, la autora muestra simpatía por Edipo, pues dice que su historia expresa la que a ella le parece la tragedia humana central: que desconocemos qué cosas nos llevan a nuestro destino, que no sabemos exactamente qué hacemos y por qué. Aceptado ese planteamiento, no sorprende que la narradora no se culpe a sí misma de nada, pero sí que acabe haciéndolo al concepto de la Sagrada Familia como modelo del que le hablaron en el colegio católico al que fue de niña, lo que le hace proponerse no volver a celebrar nunca la Navidad ni a enviar felicitaciones en esas fechas.

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