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Estupor y temblores

EDITORIAL

TÍTULO ORIGINALStupeur et tremblements

CIUDAD Y AÑO DE EDICIÓNBarcelona (2019)

Nº PÁGINAS304 págs.

PRECIO PAPEL10,90 €

TRADUCCIÓN

GÉNERO

Dentro de la colección que ha lanzado la editorial Anagrama para conmemorar su 50 aniversario, se vuelve a publicar esta novela de Amélie Nothomb, quizá la mejor de las muchas que ha publicado esta prolífica escritora belga que nació en 1967 en Japón, donde su padre era embajador de Bélgica. Luego estudió filología en Bélgica y a los 22 años volvió a Tokio para trabajar como intérprete, experiencia que describe en esta obra. Más tarde, empieza a escribir novelas y a publicarlas a buen ritmo (en Aceprensa hay muchas reseñadas).

El título Estupor y temblores tiene su origen en la emoción que debe sentir todo japonés cuando se halla delante del emperador. La imagen sirve para mostrar la sumisa relación que existe entre los jefes y los empleados de una empresa japonesa. Mezclando la realidad con la ficción, la autora describe las penalidades que tuvo que atravesar en una multinacional.

Escrita en primera persona, con un estilo sencillo y con un sentido del humor que rebaja las críticas, la novela es una síntesis esperpéntica de la filosofía del mundo laboral japonés. Amélie, la protagonista, cuenta cómo en Japón todavía se impone una fría jerarquía empresarial que anula el compañerismo y que somete cualquier tipo de relación a los estrechos límites de los convencionalismos. Los jefes imponen su autoridad de manera caprichosa, manteniendo así una secular estrategia que garantiza el orden. Pero Amélie, en vez de rebelarse ante las penosas situaciones por las que tiene que atravesar, acepta esta situación, hasta que venza su contrato, como la mejor manera de conocer y reflejar las reglas que sostienen un mundo absurdo, ilógico y también cruel.

El componente sociológico de la novela, retratado de manera irónica, se impone sobre la calidad estilística y la capacidad para trazar personajes sólidos y sugerentes. Sin embargo, la relación que mantiene Amélie con su jefe inmediato, la ejecutiva Fubuki Mori, añade complejidad y un conjunto de situaciones hilarantes, donde también se escenifican las diferencias culturales entre el mundo oriental y el occidental.


(Versión actualizada de la reseña publicada el 1-11-2000 sobre la edición de Anagrama, 2000, del mismo traductor.)

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