Maquetación 1

La perfección de la técnica

TÍTULO ORIGINALPerfektion der Technik

CIUDAD Y AÑO DE EDICIÓNMadrid (2016)

Nº PÁGINAS284 págs.

PRECIO PAPEL22,90 €

TRADUCCIÓN

GÉNERO

Escrito tras la II Guerra Mundial e inédito en castellano, La perfección de la técnica (1946), a pesar de lo pesimista y catastrófico que pudiera parecer, constituye una honda reflexión sobre la acción transformadora del hombre y denuncia la deshumanización que comporta la extensión de lo mecánico y calculador. F.G. Jünger (1898-1977), hermano del novelista Ernst Jünger, comparte con este y con Heidegger esta preocupación. Una a una, el autor va desmontando las falacias con las que se ha defendido el imperio de la técnica y señala que lo más inquietante es que lo automático revierte en el hombre y lo acosa, socava su condición y llena su existencia de vacío y aburrimiento.

No es un ensayo fácil de leer; se necesita cierta formación para entender algunas de las argumentaciones de Jünger y atisbar la relevancia de sus conclusiones. No se trata, sin embargo, de un libro para especialistas: es muy creativo y audaz en sus planteamientos y consigue deshacer algunos tópicos. Como poder, la técnica se infiltra en diversos ámbitos y engulle los fenómenos que no se adaptan a su racionalidad, que adquiere cualidades exclusivas. En los sucesivos capítulos, con su densa prosa, Jünger explica cómo el hombre se ve sustituido por el autómata y lo mecánico devora la economía, la reproducción sexual, la industria, la política, la enseñanza, la medicina, el derecho, así como modificando sustancialmente la concepción de la guerra o la temporalidad.

Por otro lado, en estas páginas se vincula el triunfo de lo técnico con la configuración de la sociedad de masas y la difusión de las ideologías. Es interesante, como tema para explorar, la antítesis que Jünger descubre entre lo técnico y lo institucional. Y aunque el pensador alemán muestra la devastación de la naturaleza a la que ha conducido la expansión de la racionalidad técnica, no sería correcto considerarle ecologista avant la lettre. De hecho, expresamente se distancia de la concepción romántica de la naturaleza y del emotivismo irracional con la que este concibe la relación del hombre con su entorno.

Jünger se inscribe, más bien, en la tradición conservadora, y de algún modo paganizante, alemana, en la que también se hallan, junto con su hermano y Heidegger, autores como Nietzsche. Pero aunque las intuiciones de esta corriente están en el trasfondo del planteamiento de La perfección de la técnica, no comparecen explícitamente. Sí se percibe una contraposición entre las formas de vida anteriores a la industrialización y las actuales. Tampoco tiene el autor la pretensión de aclarar cuál es la solución a esta imparable marcha de lo técnico, a esa catástrofe que, a su juicio, se aproxima. Puede que su crítica sea desmedida, pero a decir verdad hoy no es superfluo, ante las inminentes promesas del transhumanismo, advertir las funestas secuelas antropológicas de una técnica abandonada a su propio progreso. Al menos Jünger da que pensar y anima a sosegar las esperanzas que depositamos, consciente o inconscientemente, en la razón técnica.

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