71LO4IrGTOL

Ser mortal. La medicina y lo que importa al final

TÍTULO ORIGINALBeing Mortal. Medicine and What Matters in the End

CIUDAD Y AÑO DE EDICIÓNBarcelona (2015)

Nº PÁGINAS269 págs.

PRECIO PAPEL19,90 €

TRADUCCIÓN


Una versión de esta reseña se publicó en el servicio impreso 35/15

Casi todas las personas que mueren ancianas hoy en día, y afortunadamente son la mayor parte, lo hacen después de un periodo final más o menos largo presidido por la fragilidad y la dependencia. Ese tiempo lo pasan o bien solas en sus casas, o bien en residencias para mayores o bien atendidas por la familia, con un importante desgaste emocional en muchos casos.

El enorme incremento de la esperanza de vida en los últimos decenios no ha venido acompañado de una mejora sustantiva y general de las condiciones en las que vivimos los últimos años. La vejez se ha medicalizado y actuamos como si la única forma de afrontarla fuera combatirla desesperadamente para escapar a la muerte, sin reconocer la prioridad de aceptar nuestra condición mortal y de dar significado a esos últimos años de vida. En lugar de procurar que las personas puedan seguir teniendo una vida con sentido en el tramo final de su existencia, nos limitamos a procurarles seguridad y supervivencia a costa, muchas veces, de vaciar de contenido sus existencias.

Es curioso que haya sido precisamente Atul Gawande –un cirujano que trabaja en uno de los hospitales más prestigiosos del mundo (el Brigham and Women’s Hospital de Boston)– quien haya escrito un libro que trata de lo que la medicina tiene que hacer cuando ya no puede curar sino solo cuidar a las personas. Frente a la posición de tantos médicos para los que los pacientes que inician su cuesta abajo dejan de ser interesantes, salvo que tengan un problema concreto que puedan resolver, Gawande reivindica el papel de geriatras y paliativistas en su labor para que los años de la vejez y la dependencia sean también plenos de sentido.

Tan importante como redefinir el papel de la medicina ante la ancianidad es el cambio que ha de vivir la sociedad. Gawande reconoce que se está produciendo una gran transformación en todo el mundo: se rechaza de forma generalizada la versión institucionalizada de la vejez y de la muerte, y se empieza a buscar una alternativa a la de marchitarse en residencias de ancianos y morirse en un hospital. Pero todavía estamos demasiado imbuidos del viejo sistema y somos novatos en averiguar cómo afrontar la mortalidad dando significado al capítulo final de nuestras existencias. El libro trata de explorar esos caminos, valiéndose de interesantes testimonios e historias personales que no nos resultarán en absoluto ajenas a nuestras propias experiencias.

Por lo dicho, se comprende que Gawande no se ocupe de los debates más controvertidos con relación al final de la vida: el incremento del gasto sanitario per capita en los últimos años de vida, la eutanasia y el suicidio médicamente asistido. Él no se muestra totalmente opuesto a esas dos últimas posibilidades. Pero reconoce que su implantación en países como Holanda han puesto de manifiesto su fracaso porque “al fin y al cabo, nuestra meta por excelencia no es una buena muerte, sino una buena vida hasta el final”. Y el hecho de que aumenten las muertes por eutanasia y no los cuidados paliativos en esos países hace pensar que el camino de la eutanasia no contribuye a mejorar el final de la existencia de las personas.

El libro se lee con gusto, no solo porque Gawande cuenta muy bien –se nota que es colaborador habitual de The New Yorker– sino porque sus propuestas son sensatas y están presentadas con modestia. Su lectura es recomendable para los profesionales de la sanidad (también los que no se dedican a los mayores) y para los responsables de las políticas sociosanitarias. Pero también para cualquiera de nosotros, pues seguramente tendremos que cuidar a algún pariente anciano a lo largo de nuestra vida y afrontar nuestra propia vejez, fragilidad y dependencia.

Contenido exclusivo para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.

Funcionalidad exclusiva para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta para poder comentar. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.