¿Dónde compensaría nacer hoy?

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El país perfecto no existe, pero el semanario Newsweek (23-30 agosto 2010) publica un dossier en el que señala las mejores opciones del momento atendiendo a variables como el modelo educativo, la competitividad económica, la calidad de vida o el sistema sanitario.

No cabe duda de que el éxito del deporte español, aderezado con triunfos en toda clase de disciplinas y coronado por la consecución del Campeonato del Mundo de Fútbol, ha hecho crecer la autoestima y la proyección internacional de España. Pero también es bien cierto que los informes y ranking elaborados por instituciones o medios de comunicación prestigiosos -no necesariamente por su cuenta de resultados- la categoría de “éxitos deportivos” no suele incluirse entre los pilares que caracterizan a un gran país.

Ocurre con el ranking publicado recientemente por el semanario Newsweek (23-30 de agosto de 2010), que trata de responder a la pregunta: “Si nacieras hoy, ¿cuál sería el país que te proporcionaría la mejor oportunidad de vivir una vida sana, segura, razonablemente próspera e intensa socialmente?”.

Evidentemente, si hubiera un país así el trasvase demográfico sería tan grande que haría oscilar el planeta, pero en realidad no existe y por eso el estudio se compone de diferentes categorías: Educación, salud, calidad de vida, competitividad económica y entorno político.

España se sitúa en el puesto número 21 de los cien países analizados, justo por detrás de Bélgica y Singapur y por delante de Israel e Italia. No parece una mala posición, pero lo más significativo es que sólo aparece en unos de los listados divididos por categorías, el dedicado a la salud, en el que ocupa la cuarta posición por detrás de Japón, Suiza y Suecia y por delante de Italia, Australia y Singapur. Los realizadores del ranking señalan que “las naciones europeas continúan bien situadas en esta categoría, incluso en el caso de países como España, que a pesar de haber sido duramente golpeados por la crisis financiera y el colapso del sector de la construcción mantienen un sistema de salud de gran nivel”.

Primero, Finlandia

La clasificación global la lidera Finlandia seguida de Suiza y Suecia, una muestra de que los “mejores” países tienden a ser aquellos que son pequeños, ricos, seguros e incluso fríos, como son los países nórdicos.

Por otro lado, el estudio reconoce que medir la “calidad de vida” es complicado ya que este concepto puede asociarse a aspectos diferentes. Teniendo en cuenta factores como la salud, la seguridad y la posibilidad de vivir una vida decente, el país que ocupa el primer puesto es Alemania por delante de Estados Unidos y Francia. Que el bastión de la joie de vivre quede por detrás de los americanos se debe, según el estudio, al mayor peso del factor “riqueza”.

En lo que al dinamismo económico se refiere, Estados Unidos lidera en varios de los capítulos de esta categoría. Pero se ve superado por una micronación como Singapur, cuyo éxito se debe principalmente a su modelo de capitalismo estatal pero también porque en una generación ha logrado transformar lo que era tan sólo una barriada en una de las naciones más prósperas de la tierra.

Lecciones para mejorar en la educación

En educación, Finlandia, Corea del Sur y Canadá lideran el grupo de naciones desarrolladas, y Kazajstán, Polonia y Cuba se sitúan a la cabeza de los países en vías de desarrollo.

“A los diez años muchos niños no tienen posibilidad ni de aprender a leer ni de manejar conceptos básicos de matemáticas y es la edad en la que los retrasos comienzan a ser irreversibles”, afirman Mona Mourshed y Fenton Whelan, consultores de McKinsey que analizan el informe.

Tan sólo unos pocos sistemas educativos logran reducir este déficit. Finlandia, por ejemplo, garantiza que todos los niños completen la educación básica con un riguroso nivel. “Si se pregunta en un distrito del país por los niños que no han terminado el ciclo básico te pueden dar hasta los nombres”. En Estados Unidos, las KIPP Schools (Knowledge is Power Program) matriculan estudiantes de las familias más pobres y se aseguran de que casi todos se gradúen en secundaria. Singapur ha logrado reducir la brecha educativa de las minorías étnicas del 17 al 5%.

Profundizando en esta categoría, según McKinsey, los modelos de éxito mencionados enseñan algunas lecciones al resto:

Matricular a los niños en el colegio lo antes posible. En 1960 se inició un estudio con un grupo de alumnos procedentes de entornos desfavorecidos. Sólo a algunos de ellos se les dio la oportunidad de asistir a un curso preescolar de calidad. 35 años después se comprobó que los que asistieron al colegio antes ganaban más dinero, tenían mejores trabajos y menos probabilidad de estar en prisión o divorciados.

Ser conscientes de que los niños invierten más de la mitad de las horas activas fuera del colegio. Por el contrario, los estudiantes que asisten a las KIPP Schools invierten un 60% más de tiempo en la escuela que la media de estudiantes americanos. Llegan antes, se van más tarde, prestan mayor atención e incluso van a clase los sábados. También en Chile, en 1996 prolongaron el horario escolar hasta añadir el equivalente a dos años más de colegio al final de la etapa escolar.

Invertir mayor esfuerzo en la formación de los profesores. Algunos estudios realizados en Estados Unidos demuestran que los estudiantes aprenden hasta tres veces más con los profesores más eficientes que con otros maestros. El sistema educativo en Singapur es muy exigente en la contratación de profesores, en su evaluación periódica y en su formación continua, incluyendo sistemas de incentivos para premiar a los mejores.

El valor de la atención personalizada. En Finlandia los niños que empiezan a tener dificultades reciben apoyo personalizado por parte de sus profesores. Aproximadamente uno de cada tres estudiantes finlandeses también reciben anualmente ayuda extra de un tutor.

El sistema sanitario de Japón

“Para evaluar el éxito de un sistema sanitario hay que tener en cuenta tres cuestiones: la calidad, la cobertura y el coste. En todas ellas, Japón se sitúa entre los primeros países”, señala T.R. Raid, autor del best seller The Healing of America: A Global Quest for Better, Cheaper, and Fairer Healt Care.

Japón tiene la esperanza de vida más alta y los mejores ratios de recuperación de casi todas las enfermedades. La tasa de mortalidad infantil es menos de la mitad de la tasa de Estados Unidos.

La cobertura del sistema sanitario japonés se extiende a todo el mundo, también a los inmigrantes ilegales -como en España- e incluye los gastos de atención física, mental, dental y de hospitalizaciones de larga duración. Los japoneses son los mayores usuarios de atención médica. Un japonés puede ver al médico una media de quince veces al año. La media de estancia por ingreso en un hospital es de 20 noches mientras que en Estados Unidos es tan sólo de cuatro.

Además, Japón ofrece estas atenciones a un precio irrisorio. El país asiático invierte 3.500 dólares por persona en atención sanitaria cada año mientras que Estados Unidos gasta 7.400 dólares y todavía deja a millones de ciudadanos sin cobertura.

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