Gran Bretaña impulsará la causa de África ante el G-8

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Johannesburgo. El viaje a algunos países africanos del ministro de finanzas británico Gordon Brown en la segunda quincena de enero ha abierto una puerta de esperanza al continente. Condonación de la deuda exterior, aumento de la ayuda al desarrollo y rebaja de las barreras comerciales a las exportaciones africanas son las medidas que Brown se ha comprometido a impulsar dentro del G-8, el grupo de los países más ricos, presidido este año por Gran Bretaña.

Brown se reunió con un grupo de 15 ministros de finanzas de África para preparar un informe sobre la situación económica de estos países que será presentado en la cumbre del G-8, el próximo julio. En estos días Gordon Brown calificó de «escandalosas» las barreras arancelarias puestas por los países ricos para proteger sus industrias frente a las exportaciones de los países pobres, diciendo de una manera muy gráfica que Europa gasta más diariamente en una vaca europea que en un pobre de África.

La duda que se presenta después de estas reuniones es que muchas veces se han hecho declaraciones de este estilo, que luego han quedado sólo sobre el papel. «Créanme, esta vez será diferente», aseguró el ministro de finanzas británico. La comisión para África establecida por el primer ministro Tony Blair el año pasado se ha puesto unas metas muy altas para combatir la pobreza en África y parece haber comenzado «dando ejemplo» con la promesa de la cancelación de la deuda a Mozambique y Tanzania.

En el informe que se presentará en julio al G-8 se plantean tres medidas principales. La primera sería duplicar las ayudas económicas a África, pasando de 50.000 a 100.000 millones los créditos disponibles para países africanos, préstamos que serían garantizados por los países ricos.

La segunda consistiría en la condonación de la deuda externa por parte del FMI y del BM, que son los principales acreedores de los países pobres. La necesidad de devolver la deuda contraída en los años ochenta ha hecho casi imposible invertir en infraestructura, educación y salud. Según el ministro de fianzas británico, tratar acerca de las históricas deudas «impagables» es un imperativo moral para el mundo desarrollado.

La propuesta es que se condone la deuda de los 70 países más pobres del mundo. Para poder realizarlo se necesitará usar las reservas de oro tanto del Banco Mundial como del Fondo Monetario Internacional.

La tercera promesa de Gordon Brown es hacer «lobby» ante el G-8 para que los países africanos puedan exportar sus productos a los países desarrollados, sin tropezar con barreras arancelarias. Esta meta de la comisión parece ser la más importante y requerirá un especial esfuerzo en la negociación entre las partes. El proteccionismo en la agricultura es uno de los puntos más sensibles para los países ricos.

A cambio de estas ayudas, Gran Bretaña ha pedido a los países africanos más lucha contra la corrupción, más transparencia en la rendición de cuentas y más eficacia en la gestión de los gobiernos.

Águeda Colom

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