Un estudio desmonta el alarmismo de la superpoblación

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Viena. El 9 de octubre se presentó en Viena un estudio sobre el futuro de la población mundial hasta el año 2100, realizado por el Instituto de Análisis de Sistemas Aplicados (IIASA). Sus estimaciones desmienten un crecimiento explosivo de la población, pues la fecundidad en todo el mundo está bajando más rápido de lo que se esperaba.

Este instituto ya había presentado hace dos años un trabajo referido a los países miembros del Consejo de Europa (ver servicio 41/94). La obra actual (1), que recoge datos de todo el mundo, pronostica que la población crecerá hasta el año 2085 y que, a partir de entonces, se mantendrá o empezará a bajar.

Los resultados no dejan de ser sorprendentes. Contra la repetida amenaza de que el mundo no podrá aguantar el actual crecimiento de población, los científicos del IIASA calculan una población de 10.350 millones de personas en el año 2100, para la que, en condiciones normales, habrá alimentos de sobra. «Con los medios actuales de explotación -señaló el coordinador del estudio, Wolfgang Lutz- la Tierra podría alimentar a 15.000 millones de personas. Si se aplicaran los medios innovadores a todo el mundo, esta cifra podría ampliarse muchísimo más». Sobre la supuesta escasez de agua, dijo: «Actualmente se utiliza tan sólo el 6% del agua. Con una población mundial mucho mayor habría que aplicar una mejor administración del agua, pero desde luego sería siempre suficiente: ya se disponen de los medios adecuados».

La principal novedad de este nuevo pronóstico demográfico es que combina los posibles cambios de las tasas de fertilidad, mortalidad y de las migraciones. Uno de los supuestos es que serán altas las tasas de inmigración hacia los países desarrollados, con el consiguiente descenso de la natalidad, pues los inmigrantes tienden a tener menos hijos cuando se instalan en países más ricos. Se barajan previsiones de tasas de natalidad decrecientes -a muy distinto nivel- en todo el mundo, o el aumento de la mortalidad en algunos países por epidemias, como el SIDA o la malaria en el África subsahariana…

Al IIASA le preocupa la falta de recambio generacional en países del mundo desarrollado. La mayor parte de las previsiones mantienen que la tasa de natalidad europea será inferior al 2,1 necesario para la sustitución de generaciones.

Austria, por ejemplo, pasaría de los casi l8 millones de habitantes actuales a 6,5 millones en el año 2100. La composición de la población será también muy diferente: si hoy los austriacos de más de 60 años son el 20%, en el 2050 serán un 35%.

José María López-Barajas.________________________(1) Wolfgang Lutz (ed.), The Future Population of the World. What Can We Assume Today?, Earthscan, Londres (1996)

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