No siempre es posible hacer lo que uno quiere cuando quiere; a veces hay que esperar a tener los medios. Esa fue la idea que explicó el productor de LEGO Worlds al presentar este juego. Llevaban tiempo con el concepto en la cabeza pero la potencia y la memoria de las anteriores consolas no eran suficientes para lo que querían. Las actuales sí, y el resultado es sencillamente estupendo.
El juego lleva al terreno virtual la frase “haz lo que quieras con estas piezas”, y es verdad: poco a poco, logrando las herramientas adecuadas y con la debida dosis de creatividad, podemos conseguir construcciones y mundos sorprendentes, ya que el único límite es la imaginación. Hay centenares de piezas disponibles, muchas opciones de edición y millones de mundos que descubrir y modificar.
El argumento es una mera excusa para presentarnos el universo: somos un astronauta que debe ir por los planetas para realizar misiones (siempre las mismas), personalizarlos y guardarlos por si alguien quiere visitarlos a posteriori. El multijugador offline y, por fin, online (primera vez en un LEGO) ayuda a esto, aunque a día de hoy sufre problemas técnicos que esperamos reciban pronta solución.
Visual y sonoramente está hecho con mucho cariño: absolutamente todo lo que se ve está hecho con piezas de LEGO, lleno de colorido y contraste, y el narrador en castellano (un genial Alfonso Vallés, conocidísimo actor de doblaje) aporta el humor de la compañía. Solo le falta pulir algunos defectos gráficos cuando usamos muchas piezas de LEGO.
LEGO Worlds no descubre nada nuevo –ya teníamos Minecraft–,pero por fin lleva a los videojuegos toda la creatividad que vemos en los juguetes del mundo real con gran acierto. Por su humor, violencia inocente y tipo de juego, se recomienda especialmente a los jóvenes, pero es válido para todos los públicos.
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