Infinite Warfare es un gran juego. Hay que afirmarlo porque varios de los anteriores Call of Duty recibieron muchas críticas por repetición de ideas, modos y motor gráfico desfasado. Pues bien, aquí no hay revolución, pero sí ampliación. Sigue sin ser puntero técnicamente, pero no deja de dar momentos emocionales muy logrados. Y eso es decir bastante.
La historia nos lleva al futuro. Seremos el capitán Nick Reyes y habremos de hacer frente a un grupo fascista radical que quiere acabar con la libertad en el sistema solar. Tópica y clásica, lo cierto es que funciona: entretiene mucho, y la posibilidad de realizar misiones secundarias (algo totalmente nuevo en la saga) le añade un punto de interés y mayor duración.
No falta además una amplia v…
Contenido para suscriptores
Suscríbete a Aceprensa o inicia sesión para continuar leyendo el artículo.
Léelo accediendo durante 15 días gratis a Aceprensa.