Hablar de Street Fighter es hablar de una franquicia absolutamente consolidada que casi todo el mundo conoce: incluso ha estado en los cines y, por supuesto, tiene además serie de cómics y todo tipo de merchandising; pero es innegable que los videojuegos han sido su principal fuente de fama.
Tras varios años sin una entrega nueva, llega la quinta edición, y lo hace con polémica: si bien es un título accesible, cuyos combos más espectaculares son más fáciles de hacer y el plantel de luchadores es amplio, esta vez Capcom ha optado por una estrategia demasiado arriesgada como es ponerlo a la venta sin haberlo terminado.
Esta moda, cada vez más habitual, lleva a las desarrolladoras a sacar juegos al mercado con la promesa de ir poco a poco añadiéndoles contenidos, a veces gratis, otras de pago. Justa o no, esta estrategia ha llegado a Street Fighter V, y mientras se escriben estas líneas, Capcom promete nuevos modos de juegos y personajes para descargar.
Por ello resulta muy difícil explicar si esta entrega da lo que prometía, puesto que hay contenido por llegar, pero una cosa sí es cierta: los combates son espectaculares y siempre se agradece el juego competitivo, aunque el online tenga mucho aún por pulir.
Al menos a nivel técnico sí llega dispuesto a sacar sonrisas gracias a unos gráficos tremendamente estables, rápidos y vistosos, y una banda sonora de lo más adecuada con nuevas piezas, clásicos actualizados y voces tanto en inglés como en japonés.
Sinceramente, y aunque lo que ha llegado es muy divertido e intenso, esperamos que esta moda de dar juegos a base de parches y DLC no dure demasiado, aunque dichos contenidos acaben mereciendo la pena. Sería una pena que grandes promesas como Street Fighter V acaben siendo un cúmulo de “próximamente”.