Anterior artículo de la serie: TikTok marca la pauta a la industria musical
Colaboraciones fake creadas por un algoritmo, composiciones “cantadas” por voces sintéticas que han sido entrenadas con las de los mejores solistas de siempre, “reciclaje” de canciones que habían caído en el olvido. Nadie duda de que el uso de la Inteligencia Artificial en la música ofrece nuevas posibilidades para la producción, e incluso puede ser un empujón para la creatividad de los artistas emergentes. Pero también parece claro que estas herramientas suscitan un interrogante ético y legal: ¿Cómo garantizar que la IA no se lleva por delante los derechos de autor?
En abril de 2023 se viralizó una canción llamada “Heart up my sleeve” en la que sonaban, juntas, l…
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