Nail’d tiene una propuesta realmente atractiva: conducir un quad o una moto en circuitos increíbles, vastos y llenos de accidentes geográficos fantásticos como cuestas de 70º, saltos de cientos de metros de distancia y construcciones arquitectónicas mastodónicas. Eso, unido a duras competiciones, posibilidad de personalizar hasta cierto punto el vehículo, un control de respuesta muy precisa y una banda sonora con canciones de rock duro debería hacer que este juego estuviera a la altura.
El problema es que las promesas se ven incumplidas por los numerosos errores: los circuitos son tan caóticos que es muy difícil seguir el recorrido, los elementos que nos impedirán terminar bien la carrera están colocados caprichosamente (cuando se ven) y la…
Contenido para suscriptores
Suscríbete a Aceprensa o inicia sesión para continuar leyendo el artículo.
Léelo accediendo durante 15 días gratis a Aceprensa.