Torrecillas es un pueblo ficticio que en esta serie se sitúa en Zamora, a pocos kilómetros de Portugal. Un lugar caracterizado por los inmensos campos de cereales y granjas porcinas. Francisco (Antonio Garrido), un empresario local, descubre un nuevo modo de narcotráfico con los cerdos como medio de transporte. Su compañero involuntario en este peculiar negocio es su cuñado Alfonso (Pepe Viyuela), que trabaja como veterinario en el matadero.
En el tsunami seriéfilo actual es fácil pasar desapercibido. Hay cientos de series, muchas de ellas con estructuras y personajes muy similares que intentan copiar fórmulas de éxito. Pero también hay creadores que han convertido la televisión en el mejor laboratorio de investigación para reinventar la narrativa audiovisual. Uno de ellos es Noah Hawley, generador de dos series inclasificables como Fargo, versión televisiva de una de las obras maestras de los hermanos Coen, y Legión, un thriller psicológico de superhéroes tan genial como insólito.
“Fargo” a la española
El creador de Matadero, Daniel Martín Sáez de Parayuelo (Amar es para siempre, Bandolera), ha dejado claro que su intención era hacer un Fargo a la española. El thriller ibérico, protagonizado por Pepe Viyuela (lo más parecido que tenemos en España a Martin Freeman, protagonista de la primera temporada de Fargo), adapta esa atmósfera rural entre inocente y boba con salpicones brutales de violencia. La serie mantiene un equilibrio complejísimo para no dejar de ser inteligente y cuidada a pesar de retratar a idiotas con chancletas, expertos en tomar las decisiones vitales más desacertadas. Aunque hay algunos rastros de zafiedad y violencia desatada, la serie suele optar por la elipsis y la sugerencia inteligente.
Matadero sabe trasladar el ambiente de delincuentes paletos de Minnesota que caracterizaba a la serie de Noah Hawley. En este caso, los protagonistas tienen un marcado acento castellano y escuchan canciones de Julio Iglesias mientras recorren la interminable meseta. Pero su vida delictiva es tan ridícula y torpe como en la serie norteamericana.
Aquí no hay sheriff embarazada, pero sí tenemos a una joven e intrépida guardia civil que está a punto de casarse con uno de los gordos más estúpidos del pueblo. La interpretación de este personaje que hace Camila Viyuela (hija de Pepe Viyuela, en su primer papel protagonista) es lo mejor de la serie. Su relación con el novio y su futura suegra logra momentos desternillantes.
Además de los Viyuela, destacan en el impagable reparto la pareja de gangsters compuesta por Ginés García Millán (Fénix) y Miguel de Lira (Somos gente honrada), que bebe claramente del dúo Travolta-Samuel L. Jackson de Pulp Fiction. Los personajes femeninos también brillan en esta serie con la versión “choni” de Kirsten Dunst en la segunda temporada de Fargo, interpretada por Lucía Quintana (Todas las mujeres), o esa ama de casa con catetos sueños de grandeza en Torrevieja que borda Carmen Ruiz (Es por tu bien).
La interpretación de una guardia civil que hace Camila Viyuela es lo mejor de la serie
Todos componen un paisaje reconocible que regula con acierto el histrionismo en un esperpento que no pierde el interés gracias a la complementariedad de tramas y el cuidado de los detalles en el diseño de producción. Un ejemplo muy claro son las fiestas de la empresa “Esplendor y vida” en que trabaja la mujer del protagonista. Las meriendas-cena que organizan con Fanta de limón, cortezas de cerdo y menaje de plástico acompañados del obligado karaoke con canciones de Alaska, Raphael o Georgie Dann no tienen desperdicio.
En la dirección y el guion de esta serie han trabajado algunos de los mejores realizadores y escritores de televisión en España: el realizador Jordi Frades (Isabel, La corona partida) y guionistas como Laura Sarmiento (Carlos, Rey Emperador, Crematorio).