Madrid, verano de 2011. Casi dos millones de jóvenes se aglutinan en la capital para participar en la Jornada Mundial de la Juventud con el Papa Benedicto XVI. En medio de este ambiente festivo, la policía trabaja a contrarreloj para detener a un asesino en serie que viola y mata ancianas en sus propias casas.
El joven cineasta Rodrigo Sorogoyen sorprendió hace dos años con Stockholm, un drama indie sobre una pareja que pasa una noche vagabundeando por la ciudad. La cinta era fresca y, al mismo tiempo, profunda y contundente en su mensaje. Una película diferente y original por su narrativa que convenció a la crítica.
En Que Dios nos perdone Sorogoyen da un salto de madurez y cambia su pequeño experimento (dos personajes y un escenario) por …
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