Una versión de esta reseña se publicó en el servicio impreso 64/14 Reconozco que mi crítica de Boyhood está pensada y escrita en dos tiempos. Una al salir de la película y otra después de estudiarla. ¿El resumen? Como ficción, Boyhood me parece una muy notable película –no una obra maestra– a la que falta épica para ser más grande. Como experimento del lenguaje cinematográfico de un director, Boyhood es prodigiosa. Si hay un tema que atrae a Richard Linklater, es el paso del tiempo y sus consecuencias. Su famosa trilogía romántica, inaugurada con Antes del amanecer, no es otra cosa: la disección del binomio amor y tiempo. En Boyhood, Linklater ha elevado su imán narrativo a la categoría de ensayo fílmico de laboratorio. Durante doce años, …

Contenido para suscriptores

Suscríbete a Aceprensa o inicia sesión para continuar leyendo el artículo.

Léelo accediendo durante 15 días gratis a Aceprensa.

Contenido exclusivo para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.

Funcionalidad exclusiva para suscriptores de Aceprensa

Estás intentando acceder a una funcionalidad premium.

Si ya eres suscriptor conéctate a tu cuenta para poder comentar. Si aún no lo eres, disfruta de esta y otras ventajas suscribiéndote a Aceprensa.