Desde que dirigió en 2002 Historias mínimas, el argentino Carlos Sorín viene desarrollando un cine sencillo, humanista y entrañable, que revitaliza la cautivadora autenticidad del neorrealismo italiano y sus actualizaciones. Después de Bombón, el perro, Camino a San Diego y La ventana, Sorin sigue fiel a ese estilo en Días de pesca.
Marco (Alejandro Awada) es un cincuentón, viajante comercial y exalcohólico, al que su médico le sugiere que busque un hobby. Marco elige la pesca del tiburón y, para practicarla, viaja a Puerto Deseado, un pueblo de la Patagonia cercano a donde vive su hija Ana (Victoria Almeida), a la que no ve desde hace años.
Sorin desarrolla esta bella historia de redención —similar a Una historia verdadera, de David Lynch—…
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