Esta película no es solo una historia sobre la vida y el martirio del sacerdote Jerzy Popiełuszko, sino también un retrato del pueblo polaco, y especialmente de la Iglesia y del movimiento Solidaridad. La cinta se alinea con títulos como La vida de los otros (2006) y Katyn (2007). Su aire documental no le resta fuerza narrativa, sino que contribuye a dar veracidad a la historia.
Arranca con el primer viaje de Juan Pablo II a Polonia en 1979, un acontecimiento extraordinario que conmocionó al pueblo polaco, duramente reprimido bajo un implacable régimen comunista prosoviético. La primera secuencia que protagoniza Popiełuszko ocurre en agosto de 1980, cuando le piden que celebre una misa en una fundición en Varsovia, para los trabajadores que…
Contenido para suscriptores
Suscríbete a Aceprensa o inicia sesión para continuar leyendo el artículo.
Léelo accediendo durante 15 días gratis a Aceprensa.