Interesante documental sobre Jim Morrison, vocalista del grupo The Doors, muerto en 1971.
El trabajo de DiCillo, más valioso e inteligente que la mediocre película que Oliver Stone estrenó en 1991, compone un buen retrato de un joven con gran talento musical que convirtió la provocación y el escándalo chabacano en un elemento característico del rock que practicaba su banda. Su vida y su obra musical estuvieron marcadas por el consumo de drogas y el desmadre sexual, una de esas patéticas rebeldías autodestructivas, una contracultura de borde de piscina, cubata y non-stop party, tan abundantes a partir de los años 60 y frecuentemente mitificadas por algunos periodistas y escritores.