Este documental ganó el Oscar el mes pasado. De una manera amena y didáctica ofrece una interpretación de la crisis financiera de 2008, que está en el origen de la penosa recesión económica que vivimos en la actualidad.
La tesis es que la ingeniería financiera generó fabulosos beneficios y… proporcionales pérdidas, arruinando a muchos inversores. Pero algunos de ellos sabían que ponían su dinero en manos de aventureros sin escrúpulos, que ofrecían réditos imposibles.
Muchos de los directivos de bancos como Lehman Brothers están ahora en las mejores universidades y en cargos políticos, y la película lo muestra de una manera tan sencilla que resulta casi obscena. Y dan conferencias explicando sus delirios ante arrobados aprendices de tiburones…
Al documental le faltan matices (sorprenden la suficiencia insultante de Christine Lagarde, la ministra francesa de Economía, y la clases de ética de un miembro de la autoridad bancaria china…) y contrapuntos, pero su retrato de la especulación es absolutamente creíble y la tesis de que las grandes fortunas tienen atrapados al gobierno americano y a las grandes universidades no está mal…
Ferguson, que ya fue candidato al Oscar en 2008 con No End in Sight -un documental sobre la invasión de Irak y la manera en que la gestionó la administración Bush-, rueda bien las entrevistas. Los guionistas y montadores trabajan bien para articular un discurso fluido, con un uso inteligente de material de archivo y algunos planos generales para dar aire al relato. En varios momentos les puede el enfado y generan situaciones que les acercan a las payasadas de Moore. Pero esto claramente es otra cosa, más parecido al valioso Enron: Los tipos que estafaron a América.