Amena y espectacular película de animación de Dreamworks, no especialmente original en su argumento.
Hipo es un joven vikingo, inteligente y esmirriado -como Vicky-, entre fornidos y toscos guerreros, cazadores de dragones. La aldea de Hipo vive en guerra con esas poderosas criaturas, y la prueba de madurez de los jóvenes consiste en cazar uno de esos monstruos. Nadie, ni siquiera su padre, cree que el torpe Hipo llegue a ser un guerrero vikingo.
La nueva película animada de Dreamworks viene de la mano de los autores de Lilo y Stitch para Disney, con la que coincide en más de un punto. Cómo entrenar a tu dragón tiene mucho de déjà vu, porque Dreamworks Animation suele escribir sus guiones a base de parodiar obras conocidas.
En el caso presente lo tiene por partida doble, porque la novela infantil de Cressida Cowell en la que se inspira -muy graciosa, por cierto- ya tenía ese carácter. Pero a su vez, como toda buena novela, desarrolla a sus personajes de un modo armónico y con seriedad, y eso se refleja de modo singular en esta historia, que, además de narrar aventuras fantásticas, trata los problemas de un adolescente acomplejado, con ganas de agradar a su padre y de llamar la atención de sus compañeros (y compañera); trata del valor de la comunicación y de la amistad, y también de la superioridad de la inteligencia sobre la fuerza.
Por lo demás, técnicamente es una preciosidad; ha sido concebida en 3D, y en este formato no sólo la aventura aérea y los extraordinarios dragones quedan notablemente embellecidos, sino que toda la planificación y los simples paisajes cobran una singular belleza.