Director: Andreas Dresen. Guión: Wolfgang Kohlhaase. Intérpretes: Nadja Uhl, Inka Friedrich, Andreas Schmidt. 105 min. Adultos. (XD)
El joven, prolífico y conocido director Andreas Dresen estrena su última película, «Verano en Berlín». El que algunos llaman «cronista de la Nueva Alemania Oriental» nos ofrece una mirada cómica a la vez que dramática sobre un Berlín oriental tan deprimido como esperanzado. Katrin y Nike son dos mujeres jóvenes, amigas y vecinas, que no llevan una vida fácil. Katrin (Inka Friedrich) está divorciada, es madre de un niño y tiene problemas con el alcohol; Nike (Nadja Uhl) es una soltera atractiva que cuida ancianos para sobrevivir y que busca al hombre de su vida.
Una vez más, es la soledad el carácter definitorio de los personajes. Aunque las dos mujeres se acompañan como buenas amigas, ello no basta para sanar unos corazones bastante heridos -sobre todo el de Katrin-. Su comportamiento ante el amor es, sin duda, inmaduro, expresión de un deseo incontenible de no estar solas. Cuando aparece el camionero Ronald (Andreas Schmidt), catalizador de los conflictos, las cosas cambian a peor. Ronald es un hombre egoísta, pagado de sí mismo y muy ignorante. Pero Nike ve en él la posibilidad de que haya un hombre en su vida. Por su parte, Katrin quiere engañarse respecto al alcohol, negando lo que es ya una grave adicción. Cuando a ambas se les caiga la venda de los ojos se darán cuenta de que vuelven a estar juntas, aparentemente contentas, pero solas. La trama de Max, el hijo de Katrin, es tierna pero igual de desalentadora que la de su madre. El personaje del camionero, aunque tremendamente cómico es muy poco creíble y a vez cargado de tópicos.
De fondo, Dresen nos muestra el drama del desempleo, de las familias rotas y de la situación de riesgo en que vive a menudo una mujer sola. La película cuenta con escenas de sexo, tratadas de forma pseudo-cómica, y carece de una propuesta consistente. Sólo constata una mendicidad existencial.
Juan Orellana