El documentalista español Gerardo Olivares («Caravana») se pasa al largometraje de ficción con «La gran final», una comedia original ambientada en tres lugares recónditos del planeta.
Cuando se acerca el momento de la final del Mundial de Fútbol 2002, entre Brasil y Alemania, tres grupos de personas harán lo imposible por ver su retransmisión televisiva: unos pastores de las montañas de Mongolia, unos indios amazónicos y unos tuaregs del desierto del Teneré.
Este disparatado planteamiento da lugar a una hermosa radiografía de los colectivos humanos y de sus reacciones ante el fútbol y la cultura televisiva. Una cierta crítica al comportamiento gregario se esconde en un envoltorio delicioso, tierno, lleno de humor y espontaneidad. La trayectoria documentalista del director nos brinda unas imágenes de ensueño de la cordillera del Altai, en Mongolia, de la selva amazónica y de las dunas de Níger. En momentos de gran relativismo antropológico, también se puede ver en el film un simpático e irónico canto a la universalidad de la condición humana.
Juan Orellana