Director y guionista: Kim Ki-duk. Intérpretes: Jeon Sung-hwan, Han Yeo-reum, Seo Ji-seok, Jeon Gook-hwan, Kim Il-tae. 90 min. Adultos. (S)
Kim Ki-duk («Hierro 3», «Samaritan Girl», «Primavera, verano»… tres films producidos en el mismo año) fue aclamado en el Festival de Cannes por «El arco», un cuento lírico, mágico y simbólico que recupera las esencias del cine mudo: nada de palabras, todo el peso en las imágenes. Un marinero viejo encuentra a una niña abandonada y se hace cargo de ella, con la idea de casarse el mismo día en que la muchacha alcance la mayoría de edad. El marinero alquila su barca a pescadores, que a menudo intentan seducir a la muchacha, pero que renuncian a ello cuando el viejo la defiende con un arco y unas flechas. Hasta que un día ocurrirá algo imprevisto.
Una fotografía llena de cromatismo y acierto estético, una banda sonora cautivadora y unos rostros de máxima expresividad son los ingredientes para servirnos una bella historia. Una mirada inesperada sobre la protagonista la cambia por dentro y la hace entenderse a sí misma de una forma nueva. Dos hombres aman a una mujer y los dos la consiguen, aunque de formas muy diversas. Uno consigue su virginidad -simbólicamente- y otro la consigue para siempre. El film está cargado de símbolos y cuenta con una púdica escena erótica que abandona definitivamente el poco realismo del film para sumergirse casi en los mitos de la antigüedad. Toda la historia transcurre en un barco pequeño, y sin embargo, el film está tan bien concebido como estructura, que en nigún momento decae el interés ni nos asalta una sensación claustrofóbica. El rodaje fue muy duro (17 días en el mar), pero el resultado sólo transmite armonía lírica. Como contrapunto hay algunas escenas sobrecogedoras, como la del anciano con la soga al cuello, y otras enormemente tiernas.
Juan Orellana