Director: Bille August. Guión: Neal Purvis y Robert Wade. Intérpretes: Connie Nielsen, Kelly Preston, Aidan Quinn, Mark Holton, Timothy Daly. 103 min. Adultos. (XV)
Entre la amplísima producción de August destacan algunos títulos -«Pelle el Conquistador», «Las mejores intenciones», «Los miserables»– en los que el veterano realizador danés dibuja, con buen pulso, unos personajes de una gran hondura moral. También ha habido algunos tropiezos. Uno de los más sonados fue «Smila», una historia de misterio de baja calidad. Quizás porque August es más un autor que un director de películas de género.
Sin embargo, «Sentencia de muerte» es una película de género, o casi de subgénero; un «thriller» judicial con el corredor de la muerte como telón de fondo. Charlotte Cory es una mujer acusada de asesinar a una niña de dos años. Mientras permanece en prisión, mantiene relación epistolar con un abogado en horas bajas, Frank Nitzche. Cuando se confirma la sentencia de muerte, Frank -enamorado de Charlotte- intenta descubrir la verdad del caso y detener la ejecución.
August consigue un ajustado ritmo narrativo, dosifica bien la información -con algún pequeño truco, todo hay que decirlo- y mantiene la intriga. A este nivel, y con la ayuda de una realización muy clásica pero también muy cuidada, la película funciona. Donde la cinta no acaba de convencer es en el aspecto psicológico. Los conflictos de los protagonistas están apenas esbozados y éstos acaban por actuar de forma poco coherente. En este sentido, uno de los ejes fundamentales de la trama -el romance entre la presa y el abogado, con escena exhibicionista de pésimo gusto por medio- no termina de convencer. No creo que sea problema de interpretación -no lo hacen mal-, sino de falta de caracterización en el guión que, preocupado por «cerrar» el suspense, deja cuestiones abiertas sobre los personajes. Una curiosa película de August, en fin, que atina donde suele fallar y acierta donde otras veces ha fracasado.
Ana Sánchez de la Nieta