Directora y guionista: Cécile Telerman. Intérpretes: Mathilde Seigner, Anne Parillaud, Judith Godrèche, Mathias Mlekuz, Thierry Neuvic, Pascal Elbé. 105 min. Adultos. XD
Juliette (Mathilde Seigner) es una abogada a punto de contraer matrimonio; Florence (Anne Parillaud) trabaja en una agencia de publicidad, su marido es un importante ejecutivo y tienen un hijo; y Marie (Judith Godrèche) es médico, casada con un pintor artístico muy bohemio, y madre de dos hijos. Las tres son amigas desde la infancia y, a pesar de los trabajos que impone la vida moderna, logran verse con regularidad y contarse sus problemas con los hombres. Este tema cobrará particular importancia cuando Juliette sea abandonada por su novio poco antes de la boda.
Cécile Telerman, guionista belga afincada en París, se pone por primera vez detrás de la cámara para hablar de hombres y mujeres, de amor, matrimonio y maternidad, de las modernas crisis de las ciudadanas urbanitas en plena treintena, cuando se van perdiendo las ilusiones de juventud y la realidad -marido, hijos, trabajo dentro y fuera de casa- impone su ritmo, cuando una no sabe dónde y cómo encontrar la felicidad, cuando la vida cotidiana es un sucederse de pequeñas crisis. Esta comedia coral está construida sobre el supuesto de que las mujeres urbanitas trabajan mucho pero tienen baja autoestima, se creen fracasadas y se sienten culpables por ello; el título original lo dice bien claro: «Todo por agradar». La película coral se construye sobre tres mujeres prototípicas: Marie es dominante, Florence es sumisa, en cuanto a Juliette -el motor del filme- es pesimista y fracasa continuamente.
Una opera prima bastante lograda, con fallos menores, como la tendencia a la caricatura de algunos personajes, pero llena de encanto. Sobresale el trabajo del excepcional trío de actrices en perfecta armonía, sin rivalizar por el estrellato. También cabe destacar la agudeza y naturalidad de los diálogos, que van señalando problemas muy reales del mundo moderno y el modo de convertirse en un/a perfecto/a desgraciado/a o, por el contrario, de ser feliz; hay que mencionar también a los personajes secundarios, los varones, que tienen algo importante que decir y hacer -en teoría el 50%- por el éxito del matrimonio.
Fernando Gil-Delgado