Esta película está inspirada en la historia de un entrenador de baloncesto de un pequeño instituto en un barrio pobre de Los Angeles que se enfrentó a la comunidad escolar al poner los resultados académicos por encima de los deportivos. En 1999 suspendió los entrenamientos y anuló diversos partidos porque muchos de sus jugadores suspendían.
La película tiene la estructura clásica del género deportivo y/o de entrenador que tanto abundan en Estados Unidos, y si tiene algo de específico es que se enfrenta directamente al mito de que los chicos de color sólo tienen un futuro en la NBA o en la música de rap. Carter defiende que su futuro está en los estudios y tiene algunos discursos que parecen nuevos al ser pronunciados por un excelente actor que cree lo que está diciendo y quiere convencer a sus compatriotas de que en barrios como el de esta historia los negros tienen muchas más probabilidades de ir a la cárcel que a la universidad.
A pesar de su excesivo metraje, de su aire grandilocuente, de la superficialidad con que se tratan algunos temas secundarios pero de enjundia -drogas, novias embarazadas, violencia callejera-, y a una consabida y poco creible juerga nocturna tras una importante victoria, «Coach Carter» es una lección sobre el valor y el esfuerzo, sobre principios morales y sobre la capacidad de superar obstáculos.
Fernando Gil-Delgado