Tierra de abundacia

TÍTULO ORIGINAL Land of Plenty

DIRECCIÓN

GÉNEROS

Director: Wim Wenders. Guión: Michael Meredith y Wim Wenders. Intérpretes: Michelle Williams, John Diehl, Shaun Toub, Wendell Pierce. 118 min. Jóvenes.

Wim Wenders (Düsseldorf, 1945), director de títulos imperecederos como «Paris, Texas» o «Cielo sobre Berlín», hace en su última película una interesante radiografía de los Estados Unidos desde los atentados del 11-S. Paul es un veterano del Vietnam, patriótico y obsesivo, que vive en un delirio de desconfianza ante el temor a un nuevo atentado islámico. Con otro amigo trastornado se dedican a investigar a todos los árabes que consideran sospechosos. Muy distinta es su sobrina Lana, una joven cristiana, comprometida y vital, que ha vivido en Palestina y África y que vuelve a su país con la esperanza de encontrar una tierra libre, abierta y generosa. Tío y sobrina son su única familia en Los Ángeles, lo que les lleva a una relación especial que se afianza cuando asisten casualmente a un incidente brutal que tiene como víctima a un vagabundo árabe.

Wenders, aunque es absolutamente contrario a la política republicana y a la forma en la que Bush ha gestionado el 11-S, no es antiamericano. Al contrario. A través de esta película quiere indagar en las heridas y potencialidades del americano de a pie. Paul encarna a un hombre de derechas, sincero, que ha caído en el fanatismo que quiere combatir; Lana es una mujer que cree, reza y confía en Dios, que trabaja junto a judíos a favor de los palestinos, y que ayuda al progreso social de los «sin techo». Lana no trata de convencer a su tío: es con su testimonio vital cómo le va haciendo cambiar. Wenders ha declarado que pretendía «mostrar los valores cristianos más simples, enfrentándolos a las ideas fundamentalistas que gobiernan la actual administración americana.» Es decir, propone una cierta forma de vivir la fe como la única salida realista al marasmo reactivo del post 11-S.

Rodada en video digital, cámara en mano al noventa por cien, con poco presupuesto y en un tiempo record, 16 días, Wenders hace una película espontánea e inmediata, expresión de sus sentimientos contradictorios sobre América. El título proviene de una canción de Leonard Cohen, y aunque Wenders dice que su película pertenece a la misma familia ideológica que «Farenheit» de Michael Moore, la verdad es que le da cien vueltas precisamente por situarse a un nivel antropológico más rico y profundo.

Juan Orellana

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