Director: Jonathan Glazer. Guión: Milo Addica, Jean-Claude Carrière y Jonathan Glazer. Intérpretes: Nicole Kidman, Cameron Bright, Danny Huston, Lauren Bacall, Alison Elliott, Arliss Howard, Michael Desautels. 100 min. Desaconsejable.
«Reencarnación» es una película diseñada con planteamientos de «marketing» más que estéticos. Tenemos, por ejemplo, un reparto encabezado por Nicole Kidman y Danny Huston, una infundada polémica en torno a una supuesta trama pedófila, y la conocida tensión entre divas protagonizada por Kidman y Lauren Bacall, actriz de reparto en esta ocasión. En fin, muchos reclamos comerciales para atraer al público a una película tan bien rodada como falsa. Y es que todo es trampa en esta «Reencarnación». Quizá por ello en Estados Unidos le han dado la espalda.
Anna está felizmente casada con Sean, quien muere de un infarto sobrevenido durante un «footing» invernal. Han pasado diez años, y Anna -que estaba profundamente enamorada de Sean- ya tiene nuevos planes de boda con Joseph. En éstas, irrumpe en una fiesta familiar un desconocido niño que afirma ser la reencarnación de Sean. Lo que comienza como una extraña broma infantil, se torna grave cuando efectivamente el chaval sabe cosas que pertenecían a la intimidad de Anna y Sean. Llegados a ese punto, Anna empieza a tener un insano interés por el chico.
Dos guionistas de altura, Milo Addica -el de «Monsters Ball»– y el legendario Jean-Claude Carrière, mano derecha de Luis Buñuel, son los responsables de una historia llena de destellos de talento, pero viciada por un planteamiento escandalosamente tramposo. Lo mejor de la película son sus guiños de humor, y lo peor, su absurda inverosimilitud y su empleo del sexo para manipular al espectador.
Juan Orellana