Director: Nick Hurran. Guión: Melissa Carter y Elisa Bell. Intérpretes: Brittany Murphy, Holly Hunter, Kathy Bates, Ron Livingston, Julianne Nicholson. 97 min. Adultos.
Stacy Holt (Murphy) es productora asociada en un reality show que presenta la veterana Kippie Kann (Bates). Está frustrada porque su novio Derek, representante de un equipo de hockey, se niega a hablar de sus relaciones pasadas. Un día, de manera casual, Stacy accede a la palm de su novio y alentada por su taimada colega Barb (Hunter), se decide a saber de las ex novias de su novio.
Nick Hurran («Funerarias S.A.») compone un irregular mix para contar de forma muy televisiva una alambicada historia romántica con el telón de fondo de la lucha -con cuchillo entre los dientes- para escalar en el mundo de la televisión y atraer a las audiencias a cualquier precio.
El batiburrillo recurre a un cargante histrionismo interpretativo y, sin el menor rubor, toma prestados elementos de películas como «Armas de mujer» y «Al filo de la noticia», y también de series de TV como «Ally McBeal», «Friends» y «Sexo en Nueva York».
El clímax en el reality no está nada mal, pero para llegar hasta ahí, hay que sufrir la melosa y tontona voz en off de una protagonista exasperante, todo mohínes y poses artificiosas, con una delgadez verdaderamente preocupante, que te obliga a mirar cada tres por dos si llevas en el bolsillo un bocadillo que ofrecer a la muchacha, todo ojos y boca. Holly Hunter se parodia a sí misma y Kathy Bates repite un personaje que ha interpretado n veces. Muy bien las secundarias, especialmente Joyce, la pecosa cocinera pelirroja de ojos verdes, que interpreta con gran soltura Julianne Nicholson. Ojo a esta chica.
Alberto Fijo