Pep, «el Nudos», es un veterano marinero de Barcelona al que diagnostican un cáncer incurable. Él no dice nada a nadie y prepara su suicidio de modo que parezca un accidente y así su esposa Lola pueda cobrar el seguro. Una vez muerto el Nudos, la cosa marcha como había previsto, hasta que Silvia, joven y aguerrida abogada de la compañía de seguros, comienza a indagar y a descubrir irregularidades. Pero sus encuentros con Lola, su joven abogado y el padre de éste, llevan a Silvia a un peliagudo dilema.
Gracias quizá a su dilatada experiencia televisiva, el debutante Lluís María Güell muestra capacidad para la dirección de actores y un sentido claro de la narración cinematográfica, como se aprecia sobre todo en el partido dramático que saca a los populosos parajes del barrio barcelonés de La Boquería. Sin embargo, su esfuerzo y el de los actores no logra salvar los defectos del guión, escrito por el dramaturgo Ángel Alonso, que también se estrena en el cine. Su relato resulta demasiado tosco, tópico y superficial, especialmente en su apología de la eutanasia y en su idílica visión del anarquismo y de un estilo de vida libertario. Este enfoque debilita la autenticidad de los personajes, cuyos conflictos pierden interés progresivamente.
Jerónimo José Martín