1964. Un moribundo Cole Porter (1891-1964) está sentado a solas en su piso de Nueva York, tocando al piano una melodía melancólica y familiar. La aparición de un antiguo colaborador lleva a Porter a un teatro en el que se ensaya una obra sobre la vida del compositor. Todas las figuras clave de su pasado aparecen sobre el escenario para volver a representar su vida: amores, amigos, colegas y Linda, su esposa.
Dirigida por Irwin Winkler (productor y realizador que acumula 12 Oscar), la película tiene un trabajado guión de Jay Cocks («Gangs of New York», «La edad de la inocencia»), que mezcla la vida y la obra del compositor de inolvidables temas inmortalizados por el cine como «You Are the Top», «Night and Day»o «Begin the Beguine».
La soberbia escenografía y un fastuoso vestuario, la delicada fotografía de Pierce-Roberts («Lo que queda del día») y la presencia de cantantes célebres (Robbie Williams, Elvis Costello, Diana Krall, Alanis Morissette, Sheryl Crow, Natalie Cole, Vivian Green, Lara Fabian…) llenan la película de momentos musicales verdaderamente memorables. No tan excelente es el acercamiento a la vida de Porter, en la que todo o casi todo es promiscuidad pansexual, con insistentes ambientes «gay».
Alberto Fijo