Director y guionista: Billy Ray. Intérpretes: Hayden Christensen, Peter Sarsgaard, Chloë Sevigny, Rosario Dawson, Hank Azaria. 99 min. Jóvenes.
Entre 1995 y 1998, el joven Stephen Glass se convirtió en un prestigioso periodista gracias a los 41 artículos que publicó en la influyente revista de análisis The New Republic. Pero, un día, una publicación digital denunció la falsedad de un reportaje de Glass sobre un congreso de hackers. La acusación cayó sobre los novatos hombros de Chuck Lane, un joven, honesto y metódico redactor, que acababa de asumir la dirección de The New Republic en sustitución de un periodista carismático, y en contra de la opinión de casi toda la redacción. Finalmente, se comprobó que Glass se había inventado total o parcialmente 27 de aquellos 41 artículos.
Tras escribir películas discretas, como El color de la noche, Volcano o La guerra de Hart, Billy Ray debuta con buen pie como director en El precio de la verdad. Se trata de un interesante drama que denuncia el sensacionalismo periodístico, las miserias de la moral del triunfo a cualquier precio y la vacuidad de la cultura de las apariencias, al paso que elogia el trabajo bien hecho y la madurez en las relaciones profesionales y personales. Este calado dramático y ético del guión da alas a una puesta en escena eficaz, pero con escasa personalidad visual y musical, y a veces algo espesa.
Capítulo aparte merece el reparto. El galáctico Hayden Christensen intriga al espectador casi sin desvelar a su penoso personaje. Por su parte, Hank Azaria, Chloë Sevigny y Melanie Lynskey logran varios buenos momentos en sus leves apariciones. Pero el mejor es Peter Sarsgaard, sensacional en su papel de joven director, por el que optó al Globo de Oro 2003 al mejor actor de reparto. Su personaje y caracterización resumen sin fisuras la profunda reflexión moral que ofrece el film sobre la belleza de la verdad y la fealdad de la mentira.
Jerónimo José Martín