Director: Adam Shankman. Guión: Karen Janszen. Intérpretes: Mandy Moore, Shane West, Daryl Hannah, Peter Coyote, Lauren German. 100 min. Jóvenes.
Tras una broma que le sale mal, un guapo gamberro es obligado a hacer tareas de voluntariado y a entrar en el grupo local de teatro. Allí se enamora del patito feo del instituto, Jamie, hija única del reverendo del lugar y reina de la impopularidad porque tiene convicciones religiosas, saca buenas notas, no luce el tipo y canta en el coro de la iglesia de su padre. Y resulta que Jamie no es una joven monjil y apocada, sino una chica con personalidad y simpatía. Resulta también que el romance es verosímil, y que el predicador -excelente Peter Coyote-, aunque no sea partidario de ese romance juvenil, no se cierra en banda. Resulta también que la cantante Mandy Moore -que debuta como actriz- actúa bien, con naturalidad, y que la película no es un pretexto para ponerla a cantar. Resulta, en definitiva, que vemos adolescentes menos estúpidos de los que suele pintar Hollywood, para los que la virtud, aunque ardua, puede compensar y no ser necesariamente el atributo de los tímidos y apocados.
Si recordamos que el director Adam Shankman se atrevió hace dos años a realizar Planes de boda, y que la novela en que se basa Un paseo para recordar la escribió Nicholas Sparks, autor de Mensaje en una botella, podemos hacernos una idea de los límites y aspiraciones de esta historia sencilla, que tiene un par de caídas de tensión y una gran dosis de azúcar.
Fernando Gil-Delgado