Director: Saul Metzstein. Guión: Jack Lothian. Intérpretes: Luke de Woolfson, James Lance, Kate Ashfield, Enzo Cilenti, Heike Makatsch, Shauna Macdonald, Sienna Guillory, Laurie Ventry. 91 min. Jóvenes-adultos.
Cuatro jóvenes. Trabajan de noche, duermen de día. Cada nueva jornada coinciden en un café, donde intercambian confidencias. Sean, celador en un hospital, vive con su novia; pero, por sus horarios cambiados, no la ve desde hace semanas. Vincent, que trabaja en un hipermercado, se acuesta con toda joven que se pone a tiro. Jody es una chica tímida y algo seca, empleada en una fábrica de circuitos integrados. Finalmente, Lenny es teleoperador, y no se atreve a abordar a una compañera de trabajo que le gusta.
Cine británico, perteneciente al subgénero sobre jóvenes que andan dando tumbos por la vida, sin bases sólidas. Saul Metzstein, de 32 años, firma su primer largo, con guión del también joven Jack Lothian. Con aire de tragicomedia, donde la frivolidad y el humor abren paso al patetismo con enorme naturalidad, y basados seguramente en experiencias propias, pintan la vida de cuatro jóvenes a los que la sociedad castiga con trabajos-basura, poco estimulantes, escasamente reconocidos. Sin razones trascendentes o de servicio a los demás para acometerlos en serio, dejada aparte la elemental del sueldo, nada invita realmente al esfuerzo. Tenidas en cuentas las carencias de sus vidas afectivas (ninguno tiene novio o novia con proyección de futuro en forma de familia), les queda sólo la amistad, que será puesta a prueba, y las reflexiones a que invitan hechos inesperados como el de la muerte.
Metzstein y Lothian entregan una película fresca, bien rodada, con actores desconocidos que responden. Las limitaciones del film son las propias de sus estrechos horizontes argumentales.
José María Aresté