He aquí una especie de cruce de la serie Rambo (el militar de Benicio Del Toro, máquina de matar, desquiciado, que tiene una relación paternofilial con el oficial que le formó) con El fugitivo (Tommy Lee Jones, de nuevo perseguidor implacable). La principal debilidad de The Hunted es su previsibilidad, su aire déjà vu, aunque trata de revestir su trama con alusiones bíblicas -el sacrificio de Abraham-, en versión Bob Dylan en su canción Highway Revisited.
Pese a todo, William Friedkin es un director poderoso (French Connection, El exorcista), y aunque no esté en su mejor momento, entrega una película digna, vibrante, bien narrada. Con violencia excesiva, plantea los problemas de conciencia de un hombre entrenado para el asesinato, que no encuentra ayuda cuando trata de escapar de la espiral en la que ha caído. De un prólogo impactante en la antigua Yugoslavia, pasamos a los hermosos bosques de Oregón, donde el antiguo soldado emprenderá una serie de asesinatos de tono ecologista. Escenas de acción bien rodadas, y un reparto equilibrado son las claves de una película correcta.
José María Aresté