Esta entretenida semblanza del famoso guerrero apache ofrece espectaculares secuencias de batallas, buenas hechuras clásicas y una bella fotografía de los impresionantes parajes de Utah. Sin embargo, la narración es un poco deslavazada y desaprovecha algunos elementos interesantes sólo apuntados en el guión. Sin renunciar a la apología indígena, huye del maniqueísmo, enfocando siempre el lado humano de todos los personajes. En este sentido, sorprende gratamente el tratamiento positivo que da el film a la religión, tanto cristiana como india.
Jerónimo José Martín