Documental de encargo sobre Lisboa, al que Wenders da un delgadísimo hilo narrativo, que le desvía de mostrar toda la grandísima belleza de la capital portuguesa. Se convierte, eso sí, en un festival de sonidos callejeros, que llega a su éxtasis con la voz de Teresa Salgueiro y la música de Madredeus. Se oyen poemas de Pessoa, interesantes discusiones sobre la realidad del cine y el papel de la técnica, e interviene el gran Manoel de Oliveira con valiosas consideraciones sobre la memoria, el arte y Dios. El resultado es interesante, como propio de su autor; pero aquí parece todo pesadamente espontáneo, poco trabajado.
Pedro Antonio Urbina