Director: Sam Raimi. Guión: Dana Stevens. Intérpretes: Kevin Costner, Kelly Preston, John C. Reilly, Jena Malone, Brian Cox, J.K. Simmons. 137 min. Jóvenes.
Nueva muestra de ese subgénero llamado drama deportivo. Dirige Sam Raimi, especialista en cine fantástico (El ejército de las tinieblas), que viene ensanchando sus horizontes últimamente en distintos géneros como el western (Rápida y mortal) o el thriller (Un plan sencillo). Aquí sigue la pista de un veterano jugador de béisbol de los Tigres de Detroit. Billy Chapel debería ir pensando en la retirada, y en asentar de una vez por todas su vida familiar y sentimental. En torno a un partido decisivo y a una crisis con su última novia, Raimi va despelgando el conjunto de hechos que ha llevado a Billy a tal situación.
La película está bien narrada, pero es larga en exceso, sin ninguna necesidad. Aunque no hay intentos de originalidad, el director y su guionista ofrecen una historia entretenida, con buenos sentimientos y reflexiones sobre los elementos en que se debe apoyar una relación amorosa. Además, hay vibrantes jugadas de béisbol que, pienso, entenderá hasta el más neófito en este deporte.
José María Aresté