La doctora Susan McAlester dirige una investigación que puede dar esperanzas a los enfermos de alzheimer. Estudiando el cerebro de unos tiburones mako, voraces depredadores marinos, cree estar a punto de descubrir las causas de la degeneración del cerebro humano. Pero los inversores que respaldan el estudio científico no están demasiados satisfechos con los resultados obtenidos hasta el momento. Cuando uno de sus ejecutivos acude a la plataforma Aquatica para ver cómo van las cosas, estalla una situación límite. Los animales, que han sido manipulados genéticamente, se rebelan. Y comienza la lucha por sobrevivir.
Entretenidísima película de acción, digna sucesora del Tiburón de Spielberg. Renny Harlin (La jungla de cristal 2, Máximo riesgo) plantea bien las premisas de su historia, para servir un espectáculo lleno de sustos, intriga y buenos efectos especiales. Hasta sabe tomarse las cosas con humor, como en el discurso grandilocuente de Samuel L. Jackson, uno de los mejores momentos del film. Dentro del asumido aire de serie B, Harlin sabe jugar bien sus bazas, confundiendo al espectador acerca de los derroteros que va a seguir la película. Solo se equivoca en un breve pasaje exhibicionista, que toma prestado de Alien, el octavo pasajero.
José María Aresté