Director y guinista: Manuel Gutiérrez Aragón. Intérpretes: Eduardo Noriega, Ingrid Rubio, Emma Suárez, Karra Elejalde, Fernando Fernán-Gómez, Aitor Mazo. 112 min. Adultos.
Apartir de 1932, un grupo variopinto de lugareños de la aldea guipuzcoana de Ezkioga -dos niñas, dos chicas de diversa condición social, un pícaro adolescente, una mujer mayor…- comenzaron a afirmar que la Virgen se les aparecía en un bosque cercano. Según ellos, la Señora les vaticinó una inminente y cruenta guerra en España si no se rezaba y si no se modificaban las leyes laicistas de la II República. A causa de las tensas circunstancias sociales del momento, los supuestos videntes se convirtieron en el foco de interés de todos: republicanos, tradicionalistas, nacionalistas vascos, el sacerdote del pueblo y sus superiores, un famoso jesuita que rodó en cine las visiones para demostrar su falsedad y su origen psicoanalítico…
El español Manuel Gutiérrez Aragón (El rey del río, Cosas que dejé en La Habana) se esmera en la ambientación y se muestra relativamente ponderado al recrear las complejas implicaciones políticas de este singular hecho histórico. Pero se equivoca gravemente al introducir el personaje ficticio del maestro, interpretado con fría corrección por Eduardo Noriega. Este personaje lleva al veterano director a insertar dos artificiosas y obscenas tramas romántico-sexuales; torna parcial, epidérmica y casi grotesca su visión de la religión, y le impide tomar partido por alguna de las perspectivas posibles. Para colmo, algunas secuencias están rodadas de un modo muy confuso. Por todo esto, el desarrollo de la trama se torna poco a poco bastante tedioso y desde luego muy alejado del alma de los personajes y de la historia.
Jerónimo José Martín